Existen dos tipos principales de cerveza en las que podemos incluir casi todas las cervezas que existen: las cervezas Ale y las cervezas Lager. La diferencia principal entre estas dos grandes categorías es el tipo de fermentación. Las lagers son de baja fermentación y las ales de alta fermentación.
Es importante aclarar que existe una larga lista de diferentes tipos de cerveza, pero las podemos clasificar teniendo en cuenta su color, fermentación y grano.
Cervezas según su fermentación
El proceso de fermentación de la cerveza es uno de los más importantes, porque durante el mismo se desarrolla su sabor y su punto de amargor. Para que este no se vea alterado es importante conocer la temperatura adecuada para servir la cerveza.
Fermentación alta o Ale
(Ale es la palabra inglesa que describe al grupo de cervezas que utilizan levaduras de fermentación alta):
Este tipo de fermentación marca a una de las dos grandes familias de la cerveza. Como ejemplo podríamos citar las belgas Leffe o Duvel, las inglesas Newcastle Brown Ale o las IPA o Indian Pale Ale.
Fermentación baja o Lager
Estas cervezas se inventaron a mediados del siglo XIX. Fermentan gracias a una levadura que se mantiene a 0 ºC. Por lo general, son de alto consumo aquellas más ligeras como Heineken o Budweiser que fermentan de este modo.
Fermentación espontánea
Todas las cervezas se conseguían con este tipo de fermentación antes de la llegada de Pasteur a mediados del siglo XIX. El científico permitió controlar el tiempo de fermentación y hacerlo más corto. Sin embargo, en Bélgica se sigue apostando por esta forma de crear cerveza dada su efectividad.
El resultado es una cerveza potente, sin aditivos y con un intenso sabor amargo como el de las Lambic belgas. La marca Rivertown es una de las más emblemáticas.
Fermentación mixta
La Bourgogne des Flandres es un perfecto ejemplo de esta forma de hacer cerveza.
Cervezas según su grano
Podemos clasificar las cervezas en aquellas que usan trigo, avena o malta.
Cerveza de trigo
Por lo general es de fermentación alta para aprovechar al máximo el sabor de este cereal. Se presentan turbias, en muchas ocasiones, denominándose Kristall las filtradas. Los dos tipos más conocidos son Witbier (Bélgica) y Welzenbler (Alemania). Las primeras son más ligeras y ácidas que las segundas. Paulaner o Franziskaner son dos de las marcas más conocidas.
Cerveza de avena
El uso de copos de avena durante el proceso de fabricación ayuda a retener la densidad de la espuma. La avena aporta un sabor más natural y agradable. En las Oatmeals Stout o la Ambar Avena tienes dos buenos ejemplos.
Cerveza de malta
La malta es cebada mojada que se seca para crear cerveza. Dependiendo de su punto de humedad y de su textura así será la bebida resultante. Se pueden usar distintos tipos de malta para obtener diferentes resultados.
Cervezas según su color
El color de la cerveza es otra de sus características principales que debes conocer. Además, marca los gustos del cliente e incluso la personalidad de cada empresa cervecera. Ten en cuenta que contar con diferentes tipos de vasos de cerveza permitirá apreciar mejor el color y el sabor de esta bebida. Analizamos los colores más habituales, sus características principales y su influencia en el sabor.
Cerveza rubia
Su color procede directamente de la cantidad de malta utilizada. Suele caracterizarse por ser muy carbonatada.
Cerveza roja
Contiene un nivel bajo de malta tostada con muy poco lúpulo, lo que provoca que su color sea similar al del caramelo.
Cerveza negra
La malta más tostada aporta un sabor similar al del café. Su espuma es más cremosa y el sabor puede recordar al del cacao amargo.
El grano, el color y la fermentación son tres factores imprescindibles para conseguir la mejor cerveza posible. Cada uno de estos aspectos marca, de forma directa, el resultado final, por lo que podría ser adecuado apostar por tener una variedad más o menos amplia para trabajar también con el maridaje de la cerveza y los diversos platos.